En determinadas circunstancias, ya sea por el reducido espacio o por presupuesto, por ejemplo, no es posible instalar un ascensor en una vivienda, comunidad de propietarios o negocio.
Es en estos casos en los que las plataformas o sillas salvaescaleras son cruciales para dar soporte y ayuda a las personas con movilidad reducida, pudiendo superar estas barreras arquitectónicas con soluciones a medida para sus circunstancias.