Si estáis pensando en un sitio tranquilo y agradable para cenar este sitio en cuanto a agaradable no tiene nada, el hombre francés que hay allí es grosero, antipático y tiene muy malas formas. En Gandia hay millones de sitios que de verdad merecen la pena y que sus trabajadores son mucho más simpáticos, aparte de la comida.
Deja mucho que desear