Alicante fue fundada por los griegos, incluso antes de la llegada de los romanos a la península, aunque debe su nombre a los árabes que la controlaron más tarde. Con el castillo de Santa Bárbara dominando la ciudad desde lo que se ha denominado el Balcón del Mediterráneo, es una ciudad turística y comercial. Su puerto marítimo exporta vino, alimentos, esparto y materiales de construcción, y actúa en buena parte como conexión marítima de la relativamente lejana Madrid. El turismo y los servicios constituyen una actividad de primer orden, y miles de visitantes acuden cada año durante el solsticio de verano para asistir a las hogueras de San Juan. El aeropuerto de Alicante ofrece una amplia selección de conexiones regulares con Europa y el resto de España, aunque para llegar a otras ciudades del país hay también múltiples opciones por ferrocarril y carretera.